martes, 11 de marzo de 2014

Marzo 11: El Emperador Romano Heliogábalo fue asesinado y arrojado al río Tíber, junto con su madre, Julia Baenia Basina, en el año 222.

Representación histriónica de Heliogábalo 

La Guardia Pretoriana no soportó más la revuelta romana por los exabruptos y escándalos del Emperador Heliogábalo, y lo aparesaron junto con su madre, los descuartizaron y los arrojron al río Tíber, ante la multitud.

Heliogábalo fue ascendido a Emperador a los catorce años de edad y duró cuatro años, al mando dictatorial de Roma.

Marco Aurelio Antonino Augusto, Heliogábalo, es recordado en la historia como el modelo perfecto de la decadencia, colmado de los excesos y perversiones superiores a las de Calígula y Nerón.

Es famosa la frase de Gibbon: “se abandonó a los más groseros placeres con furia incontenida”. Para agregar después: “y deshonró los principales cargos del Imperio distribuyéndolos entre sus numerosos amantes, uno de los cuales fue investido públicamente con el título y autoridad de emperador o, como más adecuadamente lo denominó él mismo, esposo de la emperatriz”.




Heliogábalo demostró sus aficiones por el transexualismo desde muy joven cuando acostumbraba usar prendas femeninas. Se decía que sus antepasados sacerdotes fueron los descendientes del dios El-Gabal, en Siria.


Esparcimiento cultural de Heliogábalo

Ella, como se hacía llamar, ofreció pagar lo que fuera al médico que le garantizara la castración sin dolor ni sufrimientos y lo transformara en mujer. Salía de noche disfrazado a buscar placeres sexuales con hombres, hasta que un día resolvió emparejarse con uno de sus corpulentos esclavos llamado Hieracles y se casó con él asumiendo el papel de la mujer. Por eso se autodenominó. “La Emperatríz”.

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