La Paz de Westfalia no resolvió el problema de los países ubicados en el Mar Báltico. Suecia se convirtió en la potencia del área luego de invadir a Polonia y a Lituania que se habían debilitado por los conflictos religiosos.
Carlos X Gustavo de Suecia se apoderó de Cracovia y de Varsovia en el año de 1655 lo cual generó una reacción antisueca que incluía a todos los vecinos del norte.
Suecia venció a Dinamarca en dos guerras: entre 1643 y 1645, y luego en 1657-58 que dieron lugar a La Paz de Roskilde, firmada en 1658, mediante la cual Dinamarca cedió a Suecia el control de los estrechos del Sund, la isla de Gotland, además de Bohuslän, Jamtländ y Härrjedland más las regiones de Blekinga, Escania y Halland ubicadas en la península escandinava.
Cabe mencionar que el imperio sueco comprendió además de territorios germánicos, a Finlandia y una colonia en América del Norte donde hoy se ubica el Estado de Delaware, en los Estados Unidos de América.
Con la Paz de Roskilde, Suecia adquirió además las provincias de Skåne, Halland, Blekinge, y Bohuslän, que establecen las fronteras modernas de Suecia, desde 1658.
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