Cuadro pintado por
John Gast titulada “El Progreso Estadounidense” es una representación alegórica
del “Destino Manifiesto” que lleva la luz de la civilización hacia el Oeste
|
La Guerra Mexicano-Americana
fue un conflicto armado entre EEUU y México desde 1846 hasta 1848 el
cual ocurrió como consecuencia de la
anexión de Texas por parte de Estados Unidos en 1845. México consideró que
Texas le pertenecía a pesar de la Revolución Texana de 1836 a favor de los
colonizadores estadounidenses.
El Tratado de Cahuenga, también
conocido como “La Capitulación de Cahuenga”, fue el resultado de la continuación
de invasiones estadounidenses al territorio mexicano. Durante todo el
conflicto, México tuvo que ceder el 55% de su territorio a Estados Unidos, cuando
terminó la guerra y pierde la Alta California.
Los estadounidenses se llenaron
de orgullo patriótico y creyeron que ese era su “destino manifiesto” por obra y
gracia de Dios. Esa creencia consistía en que el territorio de Estados Unidos
estaba destinado a expandirse desde el Océano Atlántico hasta el Océano Pacífico.
Los seguidores de esa ideología consideraban que no solamente era obvia o
manifiesta sino también acertada por el destino.
Mapa de la negociación fronteriza entre EEUU y México |
El Tratado de Cahuenga no fue un tratado formal en Derecho sino un
compromiso de los “Californios” de terminar la pelea mediante una rendición.
Además comprometía a liberar los prisioneros de ambos actores de la guerra.
Aquellos que obedecieron el compromiso, fueron autorizados para volver a sus
hogares y ranchos. Además se les ofrecieron los mismos derechos y privilegios
de los demás ciudadanos de Estados Unidos.
Finalmente se firmó el Tratado de
Guadalupe Hidalgo en 1848 en virtud del cual México cedió oficialmente la Alta
California y los demás territorios conquistados a Estados Unidos. La disputa de
la frontera con Texas se fijó a través del Río Grande.
Cahuenga queda actualmente al
frente de Estudios Universal, en Hollywood.
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