Alegoría de los nuevos peleando contra las viejas costumbres
durante la Revolución Meiji (Circa 1870)
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Meiji significa pauta o “norma alumbrada”. Mutsuhito fue, entonces, llamado el “Emperador Meiji” para referirse a un emperador “iluminado”.
Mutsuhito mudó la capital a Edo o Yedo y la rebautizó con el nombre de Tokio, y, en su Carta de Juramento, prometió reformas en el gobierno. En efecto, urgió a su pueblo para buscar conocimientos en todo el mundo con el objetivo de ayudar a hacer un Japón grande, moderno y fuerte.
El emperador
Meiji trasladándose desde Kyoto hacia Tokio, la nueva capital del imperio
japonés.
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Regreso del Emperador japonés
al Poder
Como la familia Tokugawa era xenófoba y
conspiradora frente a las nuevas realidades, la nobleza del Japón, compuesta
por los Daimios, aprovechó la firma
de los tratados comerciales, con los odiados “bárbaros” extranjeros, para
aliarse al Emperador Mutsuhito y forzar la renuncia del shogun, perteneciente a la familia Tokugawa. En consecuencia, el
Emperador Meiji, Mutsuhito, acabó con
la clase guerrera samurai[1].
Es importante aclarar que, el término samurai,
fue originalmente referido para la guardia imperial. Pero, con la llegada de la
clase feudal, el término abarcó a toda la clase militar, incluyendo a los
guerreros samurai, a los señores
feudales Daimios, o Daimyos, para los más exigentes, y a los
shogun.
El Emperador Mutsuhito quiso cumplirle
al pueblo japonés y comenzó a modernizar al Japón. Construyó miles de escuelas
con un sistema de educación obligatorio desde 1872. Creó un nuevo ejército y
una armada moderna, con servicio obligatorio, en 1873. Promovió la minería, la
manufactura, el transporte y la banca.
El Emperador Meiji invitó a
expertos norteamericanos y europeos, de diferentes disciplinas, para enseñar a
los japoneses los métodos y procesos occidentales. El gobierno se modernizó
mediante la construcción de una Constitución, proclamada en 1889, por la cual
el Emperador llegó a ser la cabeza del Estado.
El Emperador quedó con la función de
nombrar a los altos oficiales del gobierno para responder ante él. La
Constitución estipuló la creación de un gabinete encabezado por un primer
ministro, un consejo, y, un parlamento con dos cámaras. En 1884, una nueva
dignidad o nobleza fue establecida, mediante la creación de cinco rangos:
Príncipe, Marqués, Conde, Vizconde, y Barón. De esa manera eliminó el sistema
tradicional de castas y “europizó” las dignidades de la nobleza japonesa.
[1]
Los Samurai apreciaban el honor por encima de la riqueza y de la vida misma.
Para reparar un crimen o una culpa, cometían el Jara- Kiri, un suicidio
ceremonioso. Cada Samurai tenía ascenso en grados militares y era remunerado
con un ingreso apropiado de arroz. Su código de obediencia y lealtad se llamaba Bushido. Ellos perdieron los privilegios con la abolición del
feudalismo en el año de 1871.
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